¿Te has sentido alguna vez solo o desconectado de los demás? Aunque puedas pensar que estás solo en esa sensación, la realidad es que la soledad puede impactar a cualquiera y tener efectos devastadores en tu salud.
Un estudio reciente publicado en el Journal of the American Geriatrics Association revela resultados alarmantes: la soledad puede ser más perjudicial para la salud que el abuso de alcohol, la obesidad o incluso fumar 15 cigarrillos al día.
La soledad no discrimina por edad. De acuerdo con una investigación del 2019 en International Psychogeriatrics, afecta a personas de todas las edades, alcanzando picos en tres etapas de la vida: a finales de los 20, mediados de los 50 y finales de los 80.
Es importante entender que la soledad no se limita a estar físicamente solo o carecer de amigos. Es una experiencia subjetiva que surge de la discrepancia entre las relaciones sociales que tienes y las que deseas.
Este fenómeno es preocupante porque los seres humanos somos seres sociales por naturaleza. Nuestra conectividad social está arraigada en el cerebro. La soledad y el aislamiento social no son saludables para nadie, y mucho menos para nuestra salud cerebral.
Una revisión sistemática del 2021 sobre la neurobiología de la soledad revela que está asociada con anormalidades en la estructura cerebral, incluyendo la materia blanca y gris. Además, esta revisión identifica actividad cerebral anormal en varias regiones clave, como la corteza prefrontal, el hipocampo, la ínsula, la amígdala y la corteza temporal superior.
Cada vez hay más evidencia, respaldada por investigaciones como la publicada en el "Journal of Neurology, Neurosurgery and Psychiatry", que demuestra que la soledad y el sentimiento de desconexión con otros tienen consecuencias negativas físicas, cognitivas y emocionales.
Físicamente: La soledad y la falta de conexión social tienen graves repercusiones para la salud física. Estar solo aumenta el riesgo de sufrir un derrame cerebral en un 32 % y de enfermedades cardíacas en un 29 %. Más alarmante aún es que quienes experimentan falta de conexión social tienen un 60 % más de probabilidades de morir prematuramente. Además, la investigación indica que la soledad debilita el sistema inmunológico, aumentando el riesgo de infecciones y enfermedades. De hecho, la soledad se compara con fumar 15 cigarrillos al día, según la experta en conectividad social Julianne Holt-Lunstad.
Cognitivamente: La soledad también afecta negativamente la función cognitiva y la salud mental. Un estudio realizado durante 12 años por el Brigham and Women's Hospital y la Harvard Medical School encontró que las personas mayores que se sienten solas experimentan un deterioro cognitivo un 20 % más rápido que aquellas que están conectadas socialmente. La falta de conexiones sociales aumenta el riesgo de demencia en adultos mayores en un 50 %, según el Consejo de Cirujanos Generales, y es un factor de riesgo reconocido para la enfermedad de Alzheimer. Además, la soledad se asocia con depresión clínica, ansiedad social y trastornos de uso de sustancias. Según un informe del Wall Street Journal, los "Baby Boomers" que se sienten solos tienen la tasa de suicidio más alta.
Emocionalmente: En esta era de las redes sociales, ¿por qué nos sentimos más solos? Aunque las redes sociales pueden proporcionar conexiones en línea, no ofrecen los mismos beneficios que las interacciones cara a cara. De hecho, un estudio del 2018 encontró una clara relación entre el uso de Facebook, Snapchat e Instagram y la depresión y la soledad, especialmente entre los adolescentes, afectando sus habilidades para relacionarse.
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